Hasta la fecha, 37 mil 440 personas han fallecido por causa de la pandemia que llegó a Chile en marzo de 2020, por lo que el Ministerio de Salud instauró una serie de medidas para controlar los contagios. Entre ellas, la vacuna como condicionante para retomar las actividades que por efecto del nuevo Coronavirus, hubo que prohibir.
A cinco meses de la entrada en vigencia del Pase de Movilidad, aún existen versiones contrapuestas sobre su legitimidad.
Si bien, el 80% de la población chilena ya está vacunada, todavía existe un porcentaje que por una u otra razón no lo ha hecho.
El pasado 24 de mayo, debido a la situación epidemiológica del brote Covid 19, el Ministerio de Salud resolvió incorporar el Pase de Movilidad como norma general, a través de la modificación de la resolución nº 43 exenta de 2021 del Ministerio de Salud, agregando el artículo 44, donde se establece que quienes poseen este documento, se eximirán de algunas restricciones puestas por la autoridad sanitaria.
“Podrán desplazarse libremente, sin necesidad de permiso de desplazamiento, quienes sean titulares de un pase de movilidad habilitado. Así mismo, los menores de edad no considerados en el proceso de vacunación, podrán desplazarse libremente en compañía de su padre, madre o titular, que sea titular de un Pase de Movilidad habilitado”.
De este modo, aquellos que se encuentran con sus dosis de vacunas completas, han podido ingresar con total libertad a centros comerciales, locales de recreación, espacios abiertos, e incluso, eventos masivos.
Pero, ¿qué sucede con las personas que no pueden o quieren inocularse?
Hasta la fecha se han ido sumando nuevos recursos de protección, acogidos por la Corte Suprema, por considerar que el Pase de Movilidad constituye una vulneración de los Derechos Fundamentales establecidos en la Constitución de Chile.
Valentina Silva Berríos, abogada de Osorio Asociados, explica que en estas normas se puede advertir que “en definitiva el Pase de Movilidad opera como un instrumento que exime de las restricciones sanitarias impuestas a sus titulares, sin embargo, esta medida puede resultar discriminatoria para ciertos grupos”.
- Personas que por razones de credo religioso deciden no vacunarse.
En este caso, la profesional, indica que se coacciona a estas persona a vacunarse, pues si no se adhieren al esquema de vacunación por COVID-19 seguirán afectos a las restricciones sanitarias que están vigentes en su lugar de residencia. Y tampoco podrán acceder a recintos para cuyo acceso sea obligatorio el pase de movilidad, como gimnasios, cines, bares, etc.
Silva Berríos, explica además, que desde el punto de vista jurídico, la libertad de credo en un derecho fundamental por lo que cuenta con un rango de norma constitucional, mientras que el establecimiento del pase es una norma reglamentaria.
“De esta forma podemos advertir una tensión entre dos derechos fundamentales, la libertad de culto consagrada en nuestra constitución en el artículo 19 nº 6 por un lado, que es la norma que nos garantiza la posibilidad de llevar nuestra vida espiritual y creencias libremente«.
Añade, que «por otro lado, el derecho a la protección de la salud consagrado en el artículo 19 nº 9 de nuestra Constitución, norma que garantiza la protección de la salud a todas las personas. En definitiva lo que se pone en tensión aquí es que debe prevalecer ¿la libertad de culto o la protección a la salud?”.
Soledad Reyes Ulloa (28), decidió no vacunarse porque la medicina tradicional atenta contra su religión, y define esta medida como discriminatoria, pues la priva de su derecho de libre pensamiento y credo, establecido en el Artículo 19, 6 de la Constitución Política de Chile.
“No existe una base científica que demuestre que los casos de contagio disminuyan por efecto de la vacuna, por lo tanto tengo derecho a respetar mi ideología naturista”, dice.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y distintos órganos de salud han señalado que para combatir el COVID la política más efectiva es el distanciamiento social, y en ese sentido pareciera ser que el pase de movilidad va en dirección contraria al aislamiento.
Ante esto, Soledad agrega que el Pase de Movilidad es intransigente y casi ilegal, porque se contradice con la política sanitaria que promueve el mismo Minsal, sobre mantener el aislamiento social para prevenir contagios. “El pase permite movilizarse en lugares masivos sin ninguna restricción más que la mascarilla, eso hace que sigan aumentando los contagios”.
- Personas que por razón de alergias o edad no pueden vacunarse.
El Minsal, especifica que debido a las contraindicaciones que tiene la vacuna contra el Covid 19, no se debe administrar a niños menores de seis años, ni a personas con antecedentes conocidos de alergia aguda grave (anafilaxia).
Entonces, quienes pertenezcan a este grupo también seguirán afectos a las restricciones sanitarias vigentes en el lugar de residencia, imposibilitando su acceso a lugares donde se exija el pase de movilidad, como gimnasios, cines, etc.
“Aquí podemos advertir que se pone en tensión el derecho a la libertad de tránsito, consagrado en el artículo 19 nº 7 de nuestra Constitución, es decir, el derecho que tenemos a circular libremente.
Y por otro lado, el derecho a la protección de la salud consagrado en el artículo 19 nº 9 de nuestra Constitución, considerándose en una faz particular y en una colectiva.
Por la faz particular tenemos que estas personas no pueden vacunarse, pues esto podría tener un efecto nocivo en su salud, pero a la vez, considerando una faz colectiva, se entiende que es de vital importancia alcanzar la mayor cantidad de personas con el esquema de vacunación completo para lograr una “inmunidad de rebaño”.
En este escenario tenemos una tensión triple, entre la salud considerada de forma colectiva, de forma individual y por otro lado la libertad de tránsito ¿qué derecho debería prevalecer?”.
Si bien de contagios de Covid 19 parecieron disminuir desde la llegada de la vacuna a Chile, aún existen casos en que la administración de esta no ha sido suficiente.
Esta situación, sumada la vulneración de derechos que ha provocado el Pase de Movilidad, ha llevado a los detractores de la vacuna a tomar la bandera de lucha y exigir tener las mismas facultades que los vacunados.
¿Existirá una solución que permita proteger la salud pública, a través de la inoculación, y que al mismo tiempo no prive de sus derechos a quienes no quiera ser parte de esta medida sanitaria?